de mi chiquito que danzaba
se me ha hecho un duelo de trinos y sangre la voz.
Se me ha hecho pedazosmi sueño mejor,
se ha muerto mi niño, mi niño, mi niño, mi niño, hermano.
No pudo llenarse la boca de voz, apenas vació el vientre de mi dulce amor.
Enorme y azulla vida se le dio.
No pudo tomarla, no pudo tomarla, de tan pequeño.
Y la alegría de una fiesta empañada por la pérdida irremediable del hijo que no nacerá. Un fuerte presentimiento estremece el bajo vientre con fuertes pulsaciones y el fluido tibio de un testigo concreto que nada bueno pasaba. El auto recorre las calles de papeles navideños arrugados y tirados, de botellas vacías, veredas dormidas después del festejo, abandonadas , esperando que los niños salgan a estrenar sus obsequios pascualinos, noelinos, navidosos…El auto urgente , veloz, ansiosos de llegar a destino, la clínica festeja con blanco entusiasmo, el doctor de siempre y esta allí, esperando, preocupado, con cara de malos presentimientos, alarmado, casi enojado, dudoso de si debió dejarla días antes internada: -¿qué hicieron????- nada dice el, nada dice ella, el ultrasonido del expertísimo medico dice la fatal conclusión sospechada: ha muerto…. Y el doctor de siempre muestra rabia en sus facciones, ellos , los padres lloran, sollozan, gritan con dolor mas allá de lo físico, dolor del alma. Ella se duerme con la anestesia, el, recibe a su hijo muerto aun tibio en sus brazos, ella jamás lo verá, no tendrá recuerdos de su cuerpo, solo sabe que existió por sus latidos y movimientos en su vientre. Ella despierta y reza, pide le enseñen el rosario, sin lo hace cree que se suicidará. El solloza mas allá del teléfono en la casa de sus padres es toda tristeza, agonía por los fuertes sollozos del hombre que jamás experimentó tal dolor, nada como tener el cadáver de su hijo en los brazos. Los padres d ella no lloran pero su dolor es interno, desgarrador, la hermana de ella, allí, presente, al lado de el, lo ayuda a vestirlo, a ponerlo en la pequeña urna. Ella no puede , no quiere ir a sepultarlo, el va solo con su hijo a enterrarlo solo los mas cercanos acompañan su río de llanto, ella lo espera, para llegar a su casa y seguir llorando, ambos, el ya lloro demasiado ella aún tiene llanto, no puede estar sola, siente que se va a morir, se encierra en el closet, se mete bajo la cama, se enrolla en las esquinas de su cuarto, sale , camina, camina, horas y horas, llora, llora y llora hasta que sus ojos parecen no abrirse mas, no puede estar sola, teme suicidarse y sale , a diario día tras día para no estar sola. Al gente la mira con lástima, así lo siente ella y mira a los recién nacidos con la pena mas profunda, quizás jamás volver a embarazarse, quizás fue su única oportunidad. El, siempre el, con sus esperanzas con su infinito amor la consuela, ella está mas serena, ya no teme auto morirse, y tiene la esperanza que su hijo los buscará y la espera continua….el dolor no se olvida…jamás
2 Comments:
Oiga chiquilla
Qué terrible la historia... y no sólo por el peso de los conceptos sino más bien, porque es una realidad que pulsa cada día en el presente, el pasado y el futuro...
Sin comentarios.
El viejito impactado
ella como te llamas creo que jamas nadie podra siquiera imaginar lo que sintieron, pero mas alla de dolor, de ladesesperanza alguien de algun lugar infino nos trae una nueva luz
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